jueves, 22 de julio de 2010

Muros de sal.

¡Al fin! ¡Mi ordenador me quiere, no mucho, pero me quiere! :D Nueva entrada, patatera (espero que marquéis ese botón) hecha como no se deben hacer las cosas, con prisas, y subida deprisa y corriendo, hala, sin foto, a lo chungo xD
Pero bueno, os dejo las críticas a vostros, que si no no acabo ;D Prometo ponerme al día con los blogs...^^U Se agradecen comentarios!

...

-¿Qué cómo me siento? Me siento como uno de esos botes de aceitunas de mi frigorífico, esos que tienen la etiqueta descolorida y cualquier cosa menos aceitunas en su interior. Olvidados, descansando al fondo, ocultos y caducados. Así me siento, total y completamente fuera de lugar. Un bote lleno de espárragos mustios.


Pero a quien quería engañar, si todos sabíais que este no era mi lugar, si estaba claro desde un principio que soy la pieza que se cayó de otro puzle. Definitivamente, estoy en la caja equivocada.

Y aún así, me quedé. Porque, principalmente, adoro ver al Sol cada mañana salir empapado de su primer baño, y por la noche, ahogarse en un espectáculo de llamas. Y, ya secundariamente, porque no tengo a donde ir.

Poco a poco, lentamente, he ido cayendo en las redes de la magia de este lugar. ¿Qué os voy a contar, a vosotros, que llegasteis antes que yo? He escavado en los lugares donde de pequeño, me solía perder. He corrido por las calles, todavía de piedra, en las que me hice mis primeras heridas de guerra.

Y he visto el mar, bueno, lo he visto, olido, saboreado, tocado…lo he sentido como mío. Supongo que eso no os gustará, porque este mar es vuestro.

Aquí, en este pequeño pueblo de esta pequeña isla, en este sitio siempre cubierto por la bruma y el encanto de los encantos más misteriosos, he bebido el viento, he olido la noche y he tocado las nubes. ¿Y sabéis qué?... ¿Por qué no? ¡Me ha gustado!

Porque he cometido un error, que no ha sido amar. Que todas las cuestas y callejones de muros blancos con olor a sal, todos lo arenosos caminos que han desgastado mis zapatos, yo, los he sentido como míos. Igual que el mar. Igual que el cielo, que es el mismo en todas partes menos aquí.

Porque yo, desde el fondo de mi corazón, quiero vivir aquí…



En la plaza reinó el silencio en el momento en el que Marcos terminó su gesticulado discurso. Todos los chicos y chicas que le rodeaban permanecían inmóviles. Marcos bajó la cabeza, y dejó que una boina cubriera su rostro de rasgos aún aniñados.

Desconocía el efecto que su sinceridad tendría sobre toda esa gente. Aquella palabrería era lo único que le quedaba, su último recurso para quedarse allí. Una casi imposible posibilidad por la que acababa de luchar con todas sus fuerzas.

Un murmullo general sacudió e hizo eco en las paredes de las casas. Sin saberlo, todas aquellas confesiones habían removido un monstruo dentro de cada corazón. De cada persona.

Y ahora, la culpabilidad, reflejada en sus rostros y en sus gestos, era lo que consumía a los jóvenes espectadores. Las normas eran las normas. ¡Un pueblo para huérfanos! Menuda tontería…recordaban todos sus primeras ideas cuando llegaron. Y aún así, nadie podía negar haber quedado prendido de ese pueblo, de sus amaneceres y de las conchas que el mar arrastraba a su orilla. Y, absolutamente todos, reconocieron y sintieron cada palabra de Marcos.

¿Su error imperdonable? Haber amado. Enamorarse. Y no de aquel lugar escondido entre acantilados, sino de una persona.

Las normas eran las normas. Y en un lugar donde la inmensa mayoría (que eran pocos) no superaba los dieciséis, el amor era asunto tabú. Algo imperdonable. Algo que merecía las dos pesadas maletas que llevaba Marcos en las manos.

Nada rompió el silencio, y Marcos, abatido, recibió un último golpe de aire frío en la cara antes de marchar. Como un arañazo.



Nada rompía el silencio, pero una mano que, imaginaciones suyas, le pareció inusualmente cálida, se posó en su hombro. Volteó, quedando cara a cara con los dos ojos más azules que había memorizado. Y con el rubor del mar.

4 preciosos comentarios:

Anónimo dijo...

So beauty^^
Mis frases favoritas: "he bebido el viento, he olido la noche y he tocado las nubes", y: "definitivamente, estoy en la caja equivocada."
Me trae recuerdos...

Ansío volver a ver el mar y que mis labios prueben el salado. El salado viento que acaricia mi cara con más cariño que una persona. Una persona que se siente a mi lado a contemplar la puesta de sol. La puesta de sol que he desado describir durante toda mi vida pero que no he poido hacerlo a falta de adjetivos...

Me encantan tus metáforas. Ya sabes que siempre saco el tiempo de debajo de las piedras para ver tu blog, porque de las pocas veces que actualizas me alegro de haberlo leído. Me abre la mente hacia nuevas ideas.

Thank you for all :)

Lúcida dijo...

¡Dios! Pero que bonica que eres TT^TT
Gracias a ti, por todo, por sacar el tiempo de debajo de las piedras, por muy pesadas que a veces sean, y por malgastarlo en leer mi blog.
Que, aunque te lo haya dicho tantísmias veces, no me cansaré de agradecer.
Siento morriña de tus comentarios cuando no publico, y supongo que ahora lo haré con más ritmo.
Yo también adoro tus metáforas, adoro tus poesías y el encanto personal que le das a cada una de ellas.
Aún somos malas, pero seremos buenas algún día, ¿verdad? :) Muy buenas xD
Sobre el texto, como siempre, los finales me matan...Si algún día lo uso, cambiaré el final.
GRACIAS por comentar. Por estar siempre ahí.
Saludos! ^^

Chantal dijo...

Me pregunto si habrá alguien que no se haya sentido alguna vez en la caja equivocada :S
Me encanta leeros a ambas ^^
Y, aun cuando vosotras no os dais cuenta, escribís cada día mejor =)
Lúcida, tus historias me dejan siempre un poco shocked =)

Lúcida dijo...

Muchísimas gracias, por leerme siempre y comentar, supongo que interpretaré eso como algo bueno xD
¡Saludos! ^^

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